Manera fácil de hacer una pizza casera

7 de mayo de 2016

Buenas a tod@s!

De nuevo vuelvo a estar por aquí liada. La verdad es que he estado un poco ausente estos días (¡mil perdones!) pero es que he empezado a trabajar en un sitio nuevo y no he tenido apenas tiempo para mí y mucho menos para poner las manos en la masa. Aix, realmente lo he echado de menos. Pero bueno, para compensar os traigo una receta bien facilita y con mucho gancho. Precisamente la aprendí en el trabajo nuevo.

Resulta que mi compañera realizó un taller de cocina con los niños/as que acuden al centro y me quedé intrigada, pues a pesar del poco tiempo del que disponemos, quería preparar pizzas con los peques. Sí, sí, haciendo la masa y todo. Así que en un abrir y cerrar de ojos le pedí que me contara, con pelos y señales, los detalles de la receta. Tan fácil me pareció que también me animé a prepararla con mi grupo de niños/as. El resultado fue mejor del que esperaba, a parte de ser una actividad con la que disfrutan mucho, las pizzas tenían una pinta estupenda.

Con la receta en mano y con la experiencia de haberla puesto en práctica con los peques, me animé a prepararla un sábado en mi casa. Me encantó. Es una forma de hacer pizzas caseras sin complicaciones. A mí me salieron 2 pizzas medianas así que es cuestión de ir aumentando o reduciendo ingredientes en función de la cantidad que quieras preparar ¡No te pierdas detalle!

Ingredientes:
Para la base
● 250 g de harina de trigo
● 125 ml de agua
● 12.5 g de levadura fresca (1/2 pastilla)
● Un poco de sal (yo puse 1/4 cucharadita de sal, pero va al gusto)
● 1 cucharadita de aceite de oliva suave

Para condimentar (al gusto)
● Tomate triturado al estilo casero
● Queso (mozzarella, havarti, etc.)
● Olivas
● Champiñones
● Jamón cocido
● Etc.

Elaboración:

Calentamos el agua unos segundos en el microondas (nos debe de quedar templadita) y diluimos la levadura y la sal en ésta.

En un bol añadimos la harina y la mezcla de agua que acabamos de hacer. Removemos todo bien con ayuda de una espátula. Usaremos las manos para terminar de mezclar los ingredientes.

Amasamos en una superficie lisa y enharinada un poco para evitar que se nos pegue, con movimientos envolventes. Es decir, estiramos levemente la masa y la doblamos por la mitad y presionamos. Repetimos este movimiento durante unos 10 minutos.

Pasado el tiempo de amasado deberemos dejar reposar la masa unos 45 minutos (o hasta que doble su tamaño). El recipiente donde la dejaremos reposar lo tendremos que haber untado de aceite ayudándonos con un papel de cocina. La cubriremos con papel film transparente y un paño de cocina.

Transcurrido el reposo, la amasaremos unos segundos y luego la estiraremos con el rodillo hasta darla la forma que deseemos.

Añadimos los ingredientes y la ponemos a hornear durante 10-15 minutos con calor arriba y abajo a una temperatura de 250º en el horno precalentado.

La sacamos y ¡lista para saborear!

¿Qué os ha parecido? ¿Soléis preparar la masa en casa? Contármelo en los comentarios. ¡Un beso!☺

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